De muy antiguo en la bodega se han elaborado vinos dulces y rancios. Nuestra bisabuela explicaba que se pasaba la vendimia junto a un perol hirviendo mosto, con el que hacían garnatxa y vinos dulces.
Actualmente seguimos con la tradición haciendo vinos dulces que envejecemos un mínimo de 10 años para enriquecer las soleras antiguas. Algunas de nuestras botas contienen soleras que superan los 60 y 80 años de antigüedad.